
Si bien está claro que las fuentes de agua en Chile transitan hacia la escases, especialmente hacia el norte del país. Todavía estamos lejos de la existencia de una política que apunte a la conservación y buen uso de las fuentes existentes, así como de la utilización de aguas tratadas en la vida diaria.
La Alianza Mundial para la Seguridad Hídrica y el Saneamiento (GWSP por sus siglas en inglés), que opera con fondos del Banco Mundial registró actividades en 70 países durante 2024, y desarrolló en Chile algunas acciones como asesoramiento técnico a proyectos, que apuntó a fortalecer la gobernanza de las cuencas hidrográficas y que concluyó con un indicador para la gobernanza participativa del agua; también desarrollo el Proyecto de Transición Hídrica de Chile que apuntó a rastrear la participación femenina en los grupos de trabajo de las cuencas hidrográficas; Capacitación en Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS), que ayudó a avanzar en la formación de un grupo de trabajo interministerial. Lo cual es un pequeño paso pero de un largo camino que debemos recorrer y en el cual estamos claramente atrasados.
Es necesario incluir en la educación materias que contribuyan a los estudiantes a que entiendan los procesos de tratamientos de agua y la necesidad de recurrir a estas aguas tratadas para acciones vitales como el riego agrícola, la alimentación de cuencas y otros.
Hoy en día según datos proporcionados por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), en Chile existen más de 260 sistemas de tratamiento de aguas servidas operando y autorizados, los cuales atienden a más de once millones de personas.
En esta materia se avanza a pasos agigantados según el Ministerio de Salud en 1989 el 8% de la aguas servidas de Chile eran tratadas y en 2006 se habla de un porcentaje superior al 82%, lo que nos posiciona como un país líder en esta materia dentro del continente y superando a varias economías del Primer Mundo.
En materia de reutilización de aguas si bien existen algunos ejemplos notables, como el Parque El Huinganal, Inaugurado en junio de 2022 en la comuna de Lo Barnechea, Santiago. Este parque incorpora especies vegetales de bajo consumo de agua y sistemas de riego eficiente. Además, es pionero en la reutilización de aguas grises, logrando un ahorro del 75% en comparación con áreas verdes tradicionales. Y La Farfana, ubicada en Maipú, Santiago, que es una planta de tratamiento de aguas residuales que procesa entre 616.000 y 707.000 m³ diarios. El agua tratada se utiliza para regar 130.000 hectáreas agrícolas, y los lodos generados se convierten en fertilizantes para la agricultura.
Aún así todavía está pendiente el paso para que esta reutilización de aguas sea una realidad en el resto del territorio, donde existen comunidades que le temen a contar con espacios de uso público en los que se use el agua tratada para regar, incluso campos deportivos.
Seguramente la mayoría de los ciudadanos está de acuerdo con el tratamiento de las aguas servidas, antes de que estas terminen por contaminar los entornos naturales, pero muy pocos aceptan vivir en entornos en los que se usan esas aguas tratadas en ambientes domésticos y todavía se recurre al agua potable para acciones como el riego de jardines. No cabe duda que tenemos la conciencia de que el agua es un bien que debe cuidarse, pero cuántos estamos dispuestos a abrir la puerta a la reutilización del agua, en nuestras vidas.